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Una pequeña introducción a los minimundos

Una pequeña introducción a los minimundos

¿Os acordáis de cuando jugabais a crear vuestros propios universos? Yo recuerdo un verano en el que, en un rincón del jardín, mi pandilla y yo comenzamos a cavar ríos, crear cuevas con barro, estructuras con palos, añadimos muñequitos e hicimos carreteras de piedras… Mis padres debieron vernos muy emocionados porque no tocaron nada y el escenario estuvo ahí un par de meses. Por supuesto nunca fue estático, fue creciendo a medida que la estación avanzaba, mientras añadíamos o cambiábamos a nuestro antojo. Pues exactamente eso es jugar a minimundos.

El juego libre no estructurado de construcción de minimundos se ha vuelto cada vez más popular, en gran medida por los montajes preciosos que podemos ver en instagram, y ha catapultado como archiconocidos algunos de los elementos más vistosos y versátiles que podemos emplear en él (si, me refiero al ya mítico arco iris) 

Una pequeña introducción a los minimundos

En realidad, los minimundos son una forma de juego simbólico, en la que mediante elementos poco definidos o no estructurados, las/los peques recrean escenarios y reproducen actividades a través de muñecos, nins, animales… Es una forma de jugar que da alas a la imaginación y la creatividad y que sí, ¡me requetechifla! 

Mediante este juego las/los peques van a ejercitar infinidad de áreas de desarrollo: lenguaje, paciencia, empatía, creatividad, habilidades motrices, coordinación, primeros conceptos matemáticos… y, como en todo juego simbólico, va a ayudarles a comprender su entorno y a sí mismos.

Para facilitar el juego y la creación de minimundos podemos poner al alcance de nuestra/o peque materiales para el juego libre: piezas de construcción, pañuelos de colores, muñecos variados, piedras, carreteras, cristales brillantes, piezas magneticas… Estos materiales no dirigidos irán cambiando en manos de nuestras/os peques: un día serán un rio, al siguiente un cielo,  tal vez un tesoro o la vela de un barco… 

Si además, combinamos en nuestra colección diferentes elementos y texturas (materiales translúcidos, brillantes, elementos de la naturaleza, tejidos…) el juego con minimundos se convierte en una maravillosa experiencia sensorial.

¿Conocías ya el maravilloso universo de los minimundos?

Una pequeña introducción a los minimundos

Algunos beneficios del juego simbólico

Algunos beneficios del juego simbólico

Cuando hablamos de juego simbólico, las cocinitas y los mercados son dos de los grandes favoritos, y este de Little Dutch, con sus colores pastel y carteles de pizarra, no puede ser más bonito.

Está hecho de madera resistente e incluye una pizarra de tiza y 4 cajas de madera con 10 piezas de fruta y verdura blanditas.

Entorno a los dos años, las/os niñas/os comienzan a jugar a, empleando la imaginación, imitar y reproducir el mundo: lo que hacemos los adultos, lo que ven a su alrededor… Es la gran explosión del juego simbólico o de imitación, que irá volviéndose cada vez más complejo y se extenderá aproximadamente hasta los 7 años de edad (las edades variarán en función de cada peque)

El juego simbólico posee una gran importancia en el desarrollo de los/las niños/as, porque les permite comprender y asimilar el entorno en el que viven. En el caso del juego de las tiendas o mercados, además, podemos favorecer:

  • La empatía, al ponernos en el lugar del otro mientras desarrollamos el juego de rol
  • El lenguaje
  • Conceptos matemáticos: pesar, contar, clasificar, restar y sumar…
  • El conocimiento de los alimentos y la alimentación saludable
  • Expresar emociones
  • Imaginación y creatividad
  • Interacción y sociabilidad
  • La motricidad y la motricidad fina

Cajas de permanencia Montessori

Cajas de permanencia Montessori

Las cajas de permanencia son, probablemente, uno de los materiales Montessori más populares. Sirven principalmente, como su nombre indica, para comprender la permanencia de los objetos, pero también para desarrollar habilidades motoras finas, coordinación óculo-manual, comprensión causa-efecto…

Son geniales a partir de los 9 meses aproximadamente y, una de las características que más me gustan de las mismas es que, al ayudar al/la peque a comprender que aquello que no vemos no desaparece, les ayudan a gestionar la angustia o ansiedad por separación, aquella que sienten cuando mamá o papá sale de su campo de visión.

Hoy os enseño dos modelos diferentes de caja de permanencia Montessori. En la más sencilla, la bola cae rápidamente por la rampa, por lo que el tiempo que desaparece de la visión del/ la peque es muy breve. En la segunda, es necesaria una interacción por parte del/la peque para que la pelota vuelva a aparecer, deben aprender a abrir el pequeño cerrojo.

¿Otro gran clásico que nos ayuda con la ansiedad por separación? Jugar al cucú-tras…